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Llaves para alcanzar el éxito

 

Todos quieren tener éxito en la vida, y muchas personas buscan una fórmula mágica o un secreto espectacular
para garantizar el éxito.  Pero pocas personas están dispuestas a hacer lo que se necesita para ser verdaderamente exitosos.

Se ha dicho: “El hombre que hace lo básico será exitoso,” y “El éxito está escondido en nuestras rutinas diarias.”

¿Quiere ser exitoso en la vida? ¿Quiere también cumplir su destino divino y ser un éxito espiritual?  ¿Está dispuesto a aprender y practicar lo básico diariamente?

En un equipo de deporte o en los negocios, los que ejecutan exitosamente lo básico son generalmente los que ganan.  Las bases pueden parecer simples, pero son vitales.

En el fútbol, los equipos practican lo básico una y otra vez.  Los jugadores ensayan las posiciones y juegan innumerables veces antes de llegar a competir en un juego.  Para poder jugar exitosamente, el equipo practica esos mismos juegos una y otra vez hasta que pueden correr prácticamente mientras duermen.

Pueden quedar cansados de practicar las mismas cosas una y otra vez, pero el entrenador sabe que con práctica repetida, los jugadores sabrán qué hacer con tanta seguridad como conocen sus nombres – los juegos se habrán convertidos tan parte de ellos que no olvidarán qué hacer en el calor de la competición.

De la misma manera, necesitamos ensayar y meditar en la Palabra y practicarla hasta que se vuelva parte nuestra.  Debemos conocer la Palabra y estar seguros de la Palabra a la manera que nosotros conocemos y estamos seguros de nuestros nombres.  Al ejecutar las bases de la Palabra una y otra vez, la Palabra se vuelve automática.  Luego cuando la presión o los problemas vienen, no tenemos que preguntarnos qué dice la Palabra ni marearnos por encontrar la voluntad de Dios en esa situación; ¡podemos sólo actuar en lo que ya conocemos!

Debido a que hemos hecho esto tantas veces ya, ¡es automático!

Para poder edificar una vida cristiana exitosa, usted debe continuar haciendo lo básico una y otra vez.  ¿Cuáles son las bases?  Leer la Palabra, orar, y caminar en amor son sólo algunas de las bases.

Quiero enfocarme en la primera de estas: ¿Qué significa leer continuamente la palabra de Dios.  No estoy hablando de tomar un versículo acá y allá; estoy hablando de esconder la Palabra de Dios en su corazón.

Proverbios capítulo 4 da instrucciones que son vitalmente importantes para nosotros como cristianos.  Este pasaje puede parecer elemental y básico, pero nuestro éxito depende de seguir estas instrucciones.

“Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo.” (Prov. 4:20-22)

Este pasaje nos habla de guardar la Palabra en nuestros oídos, y en frente de nuestros ojos, y en nuestro corazón.  En otras palabras, la Biblia tiene que ser nuestra prioridad número uno y el fundamento para nuestra vida.

La Palabra de Dios debe ser el fundamento sobre el cual todo lo demás es edificado.  Si no edificamos sobre la Palabra de Dios como nuestro fundamento, entonces todo lo que edificamos se volverá equivocado.  En lo que respecta a la construcción natural, si el fundamento no está puesto correctamente, todo el edificio sufrirá.  Y es un proceso muy caro, y que consume mucho tiempo volver atrás y corregir fundamento fallado.

Así como el fundamento físico es la parte más importante de cualquier edificación física, el fundamento espiritual que nosotros ponemos es la parte más importante de nuestra edificación espiritual.

Proverbios 4:20 dice:  “Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones.”  Otra traducción dice:  “Presta atención; escucha cuidadosamente.”

 ¿Alguna vez su padre, esposo, maestro, o jefe le dijo que prestara atención?  Quizás alguien le estaba hablando y usted podía oír su voz pero no estaba realmente escuchando lo que le estaba diciendo.  Estaba distraído y no estaba prestando atención.

Con todas las distracciones del mundo, es fácil dejar que nuestra mente se aleje de la Palabra de Dios.  ¡Pero debemos volver a traer la atención sino perderemos algo importante!  La segunda parte de Proverbios 4:20 nos dice que “inclinemos nuestro oído”.
En Hebreo, esta frase da la idea de extender o inclinar.  Dios quiere que inclinemos nuestro oído hacia lo que Él está diciendo.  ¡Él quiere que lo escuchemos a Él!

Para ser exitosos, necesitamos poner algo de esfuerzo extra para oír lo que la Palabra de Dios está diciendo.  ¡Preste atención!  ¡Incline su oído!  ¡Desarrolle una rutina diaria de leer y estudiar la Palabra de Dios!  Haga la Palabra de Dios una prioridad en su vida!

 

 

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