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Hijo amado

 

13 Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. 14 Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? 15 Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. 16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

Mateo 3.13-17

Ser hijos de Dios esa es nuestra identidad, porque apartir de ahí todo lo que hacemos prospera.

El éxito no es casual.

Si el éxito es previsible el fracaso también lo es.

Recibir 100 veces más es algo que tiene que suceder, somos los responsables de que esto ocurra a través de práctica los principios de la Palabra de Dios.

Quien practica los principios tiene ventaja, no solo sobre quienes no los conocen, sino sobre los que si los conocen,  pero no los practican.

Debemos observar a los que ya alcanzaron logros, éxito en Dios y mantenernos firmes haciendo lo mismo, nuestro mayor ejemplo es Cristo.
Solo pueden imitar a Cristo los que nacieron de nuevo en El.
Nada puede impedirnos que triunfemos.

Cambiar los planes de Dios es igual a injusticia. Siempre que caminemos en la justicia de la Palabra Dios El Padre estará a nuestro favor.

A Jesús “EL Hijo” se le abrieron los Cielos.

Que se no abran los cielos es personal.

Tenemos el mayor de los honores haber sido hechos “Hijos de Dios,” el alto privilegio de estar viviendo un tiempo extraordinario,

“Este es mi hijo Amado”… Ese día fue día de celebración, el Padre celebrando al hijo, esto era necesario, por que apartir de allí comenzaba su tarea, y para que esta fuera efectiva, eficiente, eficaz; El Padre  debía celebrarlo en el camino del “Ser”.

Al creyente con la identidad correcta nada lo puede detener.

El sabernos hijos de Dios nos da la verdadera  personalidad.

A partir de esto entendemos que somos los constructores, arquitectos de nuestro destino.
Las derrotas son por causa de no saber quien se es en la nueva criatura

Todo hijo que funciona en la celebridad que Dios hace de el, tiene una señal de ganador, de mas que vencedor.    

No existen limitaciones a lo que somos, solo nuestros propios criterios = a la capacidad que tenemos para juzgar algo, criterios negativos, auto impuestos contrarios a lo que verdaderamente somos Hijos de Dios, esto no nos inhibe de las adversidades, pero estamos ungidos para enfrentarlas.

Deléitese  en oír la voz del Padre que le dice: este es mi hijo/a amado/a.

 

Pastor Alfredo Dimiro

 

 

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(Porción tomada de las enseñanzas dada en el ministerio Cristo la Solución por el Pastor Alfredo Dimiro)

 

 

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