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¿Está siendo dirigido o manejado?

 

A menudo en el curso de la vida diaria, podemos perder de vista lo que nos motiva.  Algunas personas quedan tan atrapadas en “hacer que las cosas sucedan” que pierden de vista la verdad que Dios quiere que ellos vivan dirigidos y no manejados.

Por permitir que Dios sea su Pastor, usted no sólo aprenderá a cumplir su misión y tareas en la vida, sino que también disfrutará el viaje.

La diferencia entre ser manejado y dirigido puede ser semejante a las diferentes estrategias que son tomadas con un rebaño de ovejas como opuesto a uno de ganado.

Debido a la más voluntariosa naturaleza del ganado, deben ser constante y agresivamente llevados con cuerdas para hacer que se muevan en la dirección correcta.  Estas mismas tácticas, cuando son usadas sobre las ovejas de espíritu más suaves (y típicamente tontas), son más probables que fomenten pánico que obediencia.

Dios es nuestro Pastor (Juan 10:11), y Él ve a todos los creyentes como Sus preciosas ovejas.  Salmos 23:1-2 revela esto.  Dice:  “Jehová es mi pastor; nada me faltará.  En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará.”

Como un pastor que suavemente guía a su rebaño a pastos seguros y nutritivos, a Dios le encanta guiarnos de la misma manera.

Aún las herramientas del pastor reflejan las tácticas que Dios usa para guiar y liderar a Sus hijos.  De manera típica, los pastores usan sus voces así como un “cayado”, o vara, como métodos efectivos para lograr que las ovejas descarriadas vuelvan al rebaño.

Como los seres humanos, las ovejas tienen una tendencia a extraviarse cuando se las deja con sus propios medios.  Un pastor no usa su cayado para golpear a las ovejas y ponerlas en fila, tampoco necesita ser agresivo con ellas para lograr que obedezcan; su vara está reservada para asustar a los depredadores que tienden a apuntar a las ovejas vagabundas.

En cambio, un pastor vuelve a dirigir a sus ovejas siempre que ellas se dirijan fuera de las fronteras seguras del rebaño usando su cayado para empujarlas de nuevo al lugar o para bloquear el camino incorrecto.

La voz de un pastor es también crítica para liderar a un rebaño.  Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen…” (Juan 10:27).  La marca en la oreja de ser dirigidos por Dios es la habilidad para oír y obedecer Su voz.

Cuando usted siente a Dios empujándolo, seguro que de alguna manera se ha desviado, o ha resistido Su guía.  Recuerde que Dios nunca lo forzará a hacer nada que usted no quiera hacer – Él no es insistente, hostil o violento.  Él es un caballero.

Ahora es el tiempo de reevaluar la manera en que usted está procediendo en la vida.  ¿Está dando coces contra el aguijón, como hizo el Apóstol Pablo antes de su conversión, ofreciendo vana y peligrosa resistencia a los impulsos de Dios (Hechos 9:5)?  ¿O está rindiéndose a la voz de su Pastor Eterno?

Propóngase vivir una vida dirigida en vez de una vida manejada.  Hará toda la diferencia entre si usted alcanza un destino final deseado o no.

 

 

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